Permite que guíe tu navío, dominus. Decidirte en favor de cualquier otro sería engañoso y, aun peor, ¡ilógico!
Virga xe Sedierta es una azul y miembro del buque insignia el Vanguardia.
Aspecto y carácter[]
Su voz es como la de muchos azules, lenta[1]. Es joven y esbelta. No tiene cejas y lleva la cabeza rapada. Unas líneas azules y zigzagueantes palpitan bajo su piel allá donde las conexiones sinápticas subcutáneas la vinculan remotamente al navio en donde este[2].
Historia[]
Estudio la física del movimiento astral en la Escuela de la Medianoche. Además consiguió un doctorado en materia oscura y lentes gravitacionales[1].
Hijo dorado[]
Fue una de los azules que se opuso a que nombrara capitán del Vanguardia a Orión xe Acuarii. Se arrodillo ante Darrow exclamando sus estudios y el que haya asistido a la Escuela de la Medianoche. Darrow finalmente se decidió por Orión y Virga no se opuso más.
Mañana azul[]
Virga trabajaba para Quicksilver, y este prestó un yate piloteado por Virga a Darrow[2]. Por esta razón, quedó bajo el liderazgo de Darrow. Lleva a Darrow, Ragnar Volarus y Mustang desde Fobos a la mitad norte de Marte, hogar de los Obsidianos[3].
Posteriormente Virga se encuentra en el Marea Vespertina, cuando comienza la Batalla de Ilium[4]. Es quien le avisa a Darrow sobre una de las trasmiciones de Roque a sus navios[5].
Como encargada de las comunicaciones tambien es quien trasmite el mensaje del Chacal hacia Darrow con la muerte de Narol[6].
Curiosidades[]
- En el capítulo veinticinco (25) de Mañana Azul Virga, muere llegando al hogar de Obsidianos, se dice que estalla en una explosión de carne, sin embargo más adelante en el mismo libro, en el capítulo cuarenta y seis (46), se la ve en el Marea Vespertina como encargada de comunicaciones.
Referencias[]
- ↑ 1,0 1,1 Hijo Dorado, capítulo 22: Flor de Fuego
- ↑ 2,0 2,1 Mañana Azul, capítulo 24: Hic Sunt Leones
- ↑ [[[Mañana Azul]], capítulo 25: Éxodo
- ↑ Mañana Azul, capítulo 44: Los Afortunados
- ↑ Mañana Azul, capítulo 46: Sondeainfiernos
- ↑ Mañana Azul, capítulo 53: Silencio