Es la canción de la muerte y del lamento, la canción prohibida.
La Canción prohibida, canción de Perséfone o canción de Eo es una canción del pueblo rojo de Lico totalmente prohibida de interpretar. Su actuación esta penada por la ley y se castiga con la horca[1]. La canción habla de valles lejanos, niebla, amantes perdidos y un segador destinado a guiar a los rojos hasta un hogar invisible. Es una melodía tranquila pero cargada de una profunda tristeza.
En un acto de rebeldía contra los Dorados, la esposa de Darrow, Eo, la interpreto[2]. Fue sentenciada a la horca por esto, pero luego de su muerte, se convirtió en un mártir para los Rojos, quienes la comenzaron a llamar Perséfone[3] mientras que a la melodía la titularon canción de Perséfone[4].
Letra[]
Amor mío, amor mío,
recuerda las lágrimas
cuando la muerte del invierno dio paso
a los cielos de primavera
rugían y rugían
pero nosotros recogíamos las semillas,
sembrábamos una canción
contra su avaricia.
Y
valle abajo
escucha el vaivén del segador, el vaivén del segador,
el vaivén del segador.
Y valle abajo
oye el canto del segador,
la canción de un invierno que acaba.
Hijo mío, hijo mío,
recuerda las cadenas
cuando el oro reinaba con riendas de hierro
rugíamos y rugíamos
y nos retorcíamos y gritábamos
por un nosotros, por un valle
de sueños más prósperos.
Escuchad, escuchad.
Recordad el declive
de la furia del sol y del ondulante grano.
Caíamos y caíamos
y bailamos mientras
para canturrear un toque de difuntos,
de aciertos y errores.
E
hijo mío, hijo mío,
recuerda la quema
cuando las hojas eran llamas y las estaciones cambiaban
caíamos y caíamos,
y cantábamos una canción
para tejer una celda
durante todo el otoño.
Y
valle abajo
escucha el siseo del segador, el siseo del segador,
el siseo del segador.
Y valle abajo
escucha el siseo del segador, el siseo del segador,
el siseo del segador,
la historia de lo que dura el invierno.
Hija mía, hija mía,
recuerda el frío
cuando las lluvias se helaban y las nieves mataban.
Caíamos y caíamos
y bailábamos mientras
a través del infierno helado
hacia su canción invernal.
Amor mío, amor mío,
recuerda los gritos, recuerda los gritos.
Cuando el invierno murió y vinieron los cielos de primavera.
Rugían y rugían.
Pero cogimos las semillas
y sembramos una canción
contra su avaricia.
Hijo mío, hijo mío,
recuerda las cadenas.
Cuando los dorados gobernaban con riendas de hierro
rugíamos y rugíamos
y nos retorcíamos y gritábamos
por un nosotros, un valle
de mejores sueños.
Y
valle abajo
escucha el siseo del segador, el siseo del segador,
el siseo del segador.
Valle abajo,
escucha el canto del segador,
una historia del invierno que acaba.
Referencias[]
- ↑ Amanecer Rojo, capítulo 2: El Sector
- ↑ Amanecer Rojo, capítulo 5: La Primera Canción
- ↑ Amanecer Rojo, capítulo 8: Dancer
- ↑ Amanecer Rojo, capítulo 34: Los Bosques del Norte